La premier italiana Giorgia Meloni y el presidente francés Emmanuel Macron anunciaron que buscarán iniciativas comunes para buscar soluciones a la masiva llegada de migrantes en las últimas semanas, en lo que parece una respuesta concreta al pedido que el papa Francisco hizo el fin de semana para que Europa asuma su "responsabilidad" común en el tema.
"Acojo con gran interés la propuesta de colaboración del presidente francés Emmanuel Macron en la lucha contra la inmigración ilegal", dijo Meloni anoche en una nota difundida oficialmente por el Gobierno italiano momentos después de que Macron anunciara su intención de "trabajar" con la premier para afrontar soluciones compartidas.
"Debemos desempeñar nuestro papel como europeos y no dejar solos a los italianos", planteó Macron en declaraciones televisivas, en medio de las tensiones bilaterales por el cierre parcial dispuesto por Francia en la frontera común de Ventimiglia, y apenas horas después de reunirse con Francisco en Marsella durante una visita de dos días del pontífice a la ciudad portuaria.
Para Meloni, "está claro que Italia, Francia y la Unión Europea deben actuar juntos para apoyar a los Estados de origen de los migrantes y ayudar a los Estados de tránsito a desmantelar las redes criminales de traficantes de personas".
El sábado, tras reunirse media hora a solas con Macron, Francisco pidió que Europa asuma la "responsabilidad" de afrontar la inmigración que llega a través de la ruta marítima del mar Mediterráneo y, al cerrar una visita de dos días a Marsella, reclamó que el continente garantice "un amplio número de entradas legales y regulares" de personas en cooperación con los países de origen.
En el segundo y último día de una visita a la ciudad-puerto francesa centrada en la migración, el pontífice les pidió a los países europeos que no busquen "salvarse a sí mismos" y volvió a insistir con los pedidos de acogida hacia las personas que buscan llegar al continente, al tiempo que rechazó de plano que la oleada migratoria de los últimos años sea "una invasión", como pregonan los partidos de ultraderecha de la región.