En la última edición que no contó con la presencia del mallorquín, los argentinos protagonizaron una final histórica que tenía un pasado con polémicos cruces.

Este domingo comenzó una nueva edición de Roland Garros, el segundo Grand Slam de la temporada, y hay un gran ausente: Rafael Nadal. El mallorquín arrastra una complicada lesión en el psoas ilíaco que le impide participar del circuito desde enero y que además lo llevó a tomar la decisión de poner en pausa su carrera para volver cuando esté en condiciones y retirarse en 2024.

El español se sentó en la mesa de los grandes del tenis en 2005, cuando ganó el torneo con solo 19 años. A partir de allí, comenzó el mayor dominio que se vio por parte de un deportista en un mismo torneo. De las 18 veces que lo disputó, lo ganó en 14 y triunfó en 112 de los 115 partidos que disputó (97% de efectividad).

Para dimensionar lo conseguido por Nadal en Roland Garros, sirve mucho recordar que antes de su aparición junto a la de Federer y Djokovic (con quienes conformaron el “Big Three”), el máximo ganador de Grand Slams era Pete Sampras con 14. Si, 14, la misma cantidad de veces que el español levantó el Trofeo de los Mosqueteros.

En 2004, la última vez que Nadal no jugó el torneo, el tenis era muy distinto. Roger Federer era N°1 del mundo hacía pocos meses y solo había ganado dos torneos de Grand Slam (Wimbledon 2003 y el Australian Open 2004), mientras que el último ganador de Roland Garros había sido el español Juan Carlos Ferrero. Por otra parte, el actual líder del ranking, el también español Carlos Alcaraz, tenía tan solo un año.

Pero hubo algo en aquella edición de Roland Garros que destaca sobre todas estos números y es que hubo un dominio impresionante por parte de los argentinos.

En las semifinales dijeron presente Gastón Gaudio, Guillermo Coria y David Nalbandian, mientras que pudo haber presencia perfecta para los representantes nacionales pero el británico Tim Henman derrotó a Juan Ignacio Chela.

En la semifinal entre argentinos, Gaudio derrotó en sets corridos a Nalbandian, mientas que el otro finalista fue Coria, que se recuperó tras un flojo primer set y venció en cuatro parciales a Henman.

De esta manera, llegaron a la final Gaudio y Coria, dos jugadores con un enorme talento pero que habían protagonizado varios cruces. El más resonante había sido en las semifinales del ATP de Hamburgo de 2003, cuando Gaudio lo amenazó con “cagarlo a trompadas” luego del saludo. Esto se dio porque el “Mago” acusó calambres durante el partido pero en el tercer parcial se mostró intacto físicamente y lo superó por 6-0.

Un año después, el Gato tuvo revancha. Luego de unas complicadas primeras rondas (superó en cinco sets a su compatriota Cañas y al checo Jiri Novak, y en cuatro parciales al suevo Enqvist), en octavos de final, en cuartos y en semis venció sin problemas al ruso Andreev, al australiano Hewitt y llegaba de la mejor manera a la final contra Coria.

El partido decisivo comenzó siendo una pesadilla para Gaudio, que en un abrir y cerrar de ojos ya perdía 6-0 y 6-3. Fue allí cuando se decidió a disfrutar el partido y todo se dio vuelta. Tras un batallado tercer set, descontó la ventaja al ganarlo 6-4 y por el 6-1 del cuarto llevó el asunto al set definitivo.

Fue en ese momento cuando volvieron los calambres de Coria y los fantasmas de Hamburgo para Gaudio. Pero el Gato no se dejó vencer por su cabeza, batalló durante la quinta manga, salvó dos puntos de partido y ganó por 8-6 para levantar el primer y único título de Grand Slam que obtendría en su carrera.

Pese a las palabras de reconocimiento entre ambos durante la premiación, Gaudio se tomó revancha de lo ocurrido un año antes y se burló de Coria al fingir un calambre durante la conferencia de prensa post partido.

Aquella final de Roland Garros fue una especie de principio del fin para la carrera de ambos jugadores, que si bien en 2005 volvieron a quedar entre los 10 mejores del mundo, luego comenzaron con una caída libre en el ranking de la que nunca se recuperarían.

Fuente:NA


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