Resistencia conmemoró junto a vecinos y vecinas el Día de la Soberanía Nacional, con un izamiento de banderas desarrollado en el Mástil Mayor.

El presidente del Concejo Municipal, Agustín Romero, encabezó la ceremonia en representación de Gustavo y acompañaron integrantes de la Banda Municipal “Luis Omobono Gusberti” y referentes de la Comisión Oficial de Fiestas Patrias.

Sobre la importancia de esta fecha que rinde homenaje al 176° aniversario del Combate de la Vuelta de Obligado, Romero afirmó el “orgullo de poder organizar este homenaje al combate más glorioso y heroico de la historia nacional argentina, y poder realizar este humilde izamiento con los vecinos y vecinas de la ciudad es un verdadero honor”.

Mientras que Carmen Ramírez, presidente de la Comisión de Fiestas Patrias, resaltó el valor significativo de aquella defensa de la soberanía argentina realizada el 20 de noviembre de 1845. “Fue una increíble hazaña y como comisión no podemos dejar pasar por alto estas fechas tan importantes para el país”, expresó.

Historia
La batalla de la Vuelta de Obligado sobre el río Paraná ocurrió en la zona de San Pedro, entre la Confederación Argentina, comandada por Juan Manuel de Rosas, y una escuadra anglofrancesa que pretendía controlar la navegación de los ríos.

El conflicto se desencadenó en paralelo a la tensión que existía en la Banda Oriental desde 1838 entre las dos facciones políticas dominantes: los blancos, comandados por Manuel Oribe, aliado de Rosas, y los colorados, seguidores de Fructuoso Rivera, apoyados por los unitarios, el Imperio de Brasil, Inglaterra y Francia.

En 1845 y con el fin de recuperar el gobierno, Oribe sitió Montevideo con el apoyo de Rosas, quien, en medio del contexto de crisis, clausuró para toda nave extranjera la navegación de los ríos interiores de la Confederación. Con el pretexto de garantizar la “libre navegación de los ríos” y el “libre comercio”, la flota anglofrancesa respondió bloqueando el puerto de Buenos Aires e incursionó en el río Paraná, un desafío a la soberanía de la Confederación y al poder de Rosas. Para frenar esta intromisión extranjera, Rosas organizó la resistencia que tuvo como episodio destacado la batalla de la Vuelta de Obligado.

El general Mansilla estuvo al frente de esta resistencia: ordenó desplegar alrededor de 160 cañones en la margen derecha del río, hizo tender tres gruesas cadenas de costa a costa —apoyadas en más de veinte lanchones, muchos de ellos cargados de explosivos— y dispuso, en ambos lados de la costa, a cuantiosas milicias integradas principalmente por gauchos, acompañados también por mujeres. Tras casi ocho horas de combate, triunfó la flota anglofrancesa, que ocasionó un número considerable de muertos y heridos en las filas de la Confederación. Sin embargo, se trató de un triunfo militar que no pudo ser capitalizado políticamente: en distintos puertos del río Paraná la flota anglofrancesa fue resistida y sus productos no fueron aceptados para el intercambio comercial.


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