Continúa el juicio contra nueve militares por la muerte del subteniente Matías Chirino , de 22 años, ocurrida durante una fiesta de «bautismo» del Ejército Argentino en 2022. El proceso judicial se desarrolla en la localidad de Paso de los Libres, Corrientes, misma ciudad donde falleció el joven cordobés y es llevado adelante por el Tribunal Oral Federal de esa provincia.

En ese contexto, desde el Ministerio Público Fiscal de la Nación pidieron penas de entre 8 y 20 años de prisión para los acusados, y los fiscales del caso (Aníbal Fabián Martínez, Tamara Pourcel y Carlos Schaefer) señalaron que se trató de un homicidio doloso, perpetrado con abuso de autoridad.

Previamente se sumó a declarar el subteniente Jorge Chaile, quien fue sometido junto a Chirino y otro soldado al ritual que resultó en la muerte del joven cordobés.

Los acusados como coautores por el delito de homicidio simple son: Rubén Darío Ruiz, Claudio Andrés Luna, Hugo Reclus Martinez Tarraga, Exequiel Emanuel Aguilar, Darío Emanuel Martinez, Luis Facundo Acosta y Gerardo Sebastián Bautista. Estos acusados se encuentran detenidos.

Mientras que Claudia Daniela Cayata y Franco Damián Grupico, que permanecen en libertad, son juzgados como partícipes secundarios.

«Jugaron a la ruleta rusa con la vida de los tres soldados», sostuvo Schaefer, quien remarcó que los acusados utilizaron la autoridad que tenían frente a las víctimas para ejercer dominio de sus movimientos, y recordó que se trata de funcionarios públicos que además actuaron en bloque causando una muerte en un predio del Estado Nacional.

Puntualmente, los pedidos se formularon de la siguiente manera:
Capitán Claudio Andrés Luna, 20 años de prisión.
Capitán Rubén Darío Ruiz, 20 años de prisión.
Capitán Hugo Reclus Martínez Tarraga, 20 años de prisión.
Teniente primero Darío Emanuel Martínez, 20 años de prisión.
Teniente Emanuel Ezequiel Aguilar, 20 años de prisión.
Subteniente Gerardo Sebastián Bautista, 20 años de prisión.
Subteniente Luis Facundo Acosta, 20 años de prisión.
Los siete, acusados como coautores de los delitos de homicidio simple y abuso de atoridad. Y se solicitaron ocho años de prisión para el teniente Franco Damián Grupico y la subteniente Claudia Cayata, como partícipes secundarios.

Durante el juicio se describieron en detalle los maltratos que sufrieron los tres soldados, y se enumeraron las exigencias a las que fueron sometidos: pagar un asado que debían preparar y que no podían comer, llevar bebidas alcohólicas de marcas específicas como cerveza Corona, vino Ruttini, whisky Jack Daniels, fernet Branca; una ensalada caesars con palta y hasta cigarrillos Marlboro Box double click y Philip Morris.

Además se exhibieron capturas de pantalla de los celulares de los acusados con las conversaciones previas y posteriores a la muerte de Chirino, e incluso un mensaje de voz en el que uno de los imputados se ríe del fallecimiento del joven, así como fotos del lugar y del cuerpo de Chirino.

Por su parte, Martínez calificó a este tipo de prácticas de bautismo como «detestables».

Schaefer destacó el compromiso del padre del soldado fallecido, Ezequiel, «uien me conmovió cuando, no habiendo pasado ni diez horas de la muerte de Matías, se presentó en la Gendarmería Nacional a denunciar y pedir que se investigue hasta las últimas consecuencias, ´porque hoy fue mi hijo, pero el día de mañana podría ser el hijo de otro´, sostuvo y demostró un corazón noble con el que también estaba preocupado por todos los hijos de la patria», expresó.

Un caso de abuso de poder que llevó a la muerte
Según surge de la investigación, el subteniente Chirino, de 22 años, debía incorporarse a la unidad militar correntina el 20 de junio, pero un oficial le comunicó que adelantara su presentación y llegara dos días antes, para organizar una comida de bienvenida a él y a otros dos subtenientes que también se integraban al regimiento.

Los maltratos recayeron sobre Chirino y dos de sus compañeros, quienes fueron obligados a ejecutar distintas tareas arbitrarias y denigrantes.

Durante la noche del 18 de junio de 2022, cuando los tres tenían el estómago vacío, los obligaron a beber alcohol en exceso, para luego exigirles que se colocaran la ropa de gimnasia de verano y se sumergieran a la pileta del casino de oficiales, cuya agua se encontraba sucia y a baja temperatura.

Les ordenaron además que dejaran sus teléfonos celulares sobre la mesa para que no contaran lo que ocurría, y les exigieron que cantaran y recitaran «la oración del soldado» y la misión del Ejército Argentino. Si se equivocaban, debían correr alrededor del quincho o hacer flexiones de brazos.

La situación continuó hasta que los jóvenes perdieron el conocimiento. En ese momento, los responsables los abandonaron en una de las habitaciones asignadas a uno de ellos. Matías Chirino quedó inconsciente en un colchón sobre el piso y sin una frazada, a pesar de las bajas temperaturas registradas aquella noche.

Hacia las seis de la mañana, el imputado de apellido Bautista llamó a la enfermera de guardia y le pidió que fuera hasta la unidad porque uno de los nuevos integrantes «se había pasado de alcohol».

Según las constancias, a las 6:30 ingresó a la habitación y notó que Chirino no presentaba signos vitales, por lo que comenzó a realizar la reanimación mientras se decidía el traslado del joven al Hospital San José de Paso de los Libres, donde se comprobó el fallecimiento.

De acuerdo con la autopsia, la causa de muerte fue una broncoaspiración, ocurrida después de que Chirino vomitara en estado de inconsciencia. Se detectaron 1,45 gramos de alcohol por litro de sangre en su organismo.

Previamente se llevó a cabo una inspección judicial en el predio del Grupo de Artillería de Monte 3, donde participaron el padre y la hermana de Matías Chirino junto a dos sobrevivientes del ritual. En la oportunidad, recorrieron el lugar donde se produjo el «bautismo» que provocó la muerte del soldado.


COMPARTIR