El próximo paso es que, el único yaguareté macho monitoreado del Chaco (Qaramta), ingrese al corral de Mbarete, durante uno de sus celos y esperar que copulen. El objetivo es generar una población sustentable en los parques nacionales Impenetrable e Iberá, a partir de los últimos ejemplares que habitan la región chaqueña argentina.

El futuro cercano de la yaguareté Mbarete es tener una vida libre en Iberá, pero hace poco más de un mes la trasladaron desde su gran corral en los Esteros del Iberá, hacia el Parque Nacional El Impenetrable.

El objetivo es intentar que comparta un celo con Qaramta y quede preñada, para después retornar al Iberá. De esta forma se lograría que Qaramta, el único yaguareté del Chaco argentino que está siendo monitoreado, continúe dejando descendencia. También que en Iberá aumente la variabilidad genética del grupo fundador de yaguaretés en el proyecto de reintroducción.

“La primeras interaciones entre Qaramta y Mbarete brindan mucha esperanza acerca de que la junta es posible. Entre ellos ´hay química´, por lo que el próximo paso será intentar que Qaramta ingrese al corral de Mbarete durante uno de sus celos y esperar que copulen”, aseguraron desde la Fundación Rewilding Argentina.

Qaramta y Mbarete no solo representan una esperanza para la recuperación de las poblaciones del yaguareté en la Argentina. También representan el trabajo conjunto de dos provincias, Chaco y Corrientes, y de dos parques nacionales, Iberá e Impenetrable, que han decidido aunar esfuerzos en el retorno del gran felino americano.

 


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