Santiago Solans Portillo, de 29 años, ahora afronta un proceso penal de gravedad y será indagado el miércoles. Qué puede argumentar en su defensa y qué depende su futuro. La aerolínea que lo trajo será sancionada.

El juez federal Federico Villena indagará recién el miércoles a a Santiago Solans Portillo, el pasajero que vino de Miami estando contagiado de covid-19. El magistrado espera varios informes, entre ellos si hubo algún otro pasajero contagiado, pero sobre todo necesita establecer una cuestión de horarios.

El PCR positivo de Solans Portillo fue emitido por la clínica de Miami a las 17.15 del 1 de mayo y el pasajero abordó el vuelo de American Airlines a las 0 del 2 de mayo, 6 horas y 45 minutos después. La lógica es que Solans Portillo haya subido al avión sabiendo que tenía covid porque esa es la razón por la que consiguió un certificado médico trucho que establecía que estaba perfecto y en condiciones de viajar. Ese certificado también es del 1 de mayo y no tiene horario.

El joven de 29 años, que viajó a Miami para vacunarse y ahora afronta un proceso penal de gravedad, puede alegar que recién se enteró del PCR positivo cuando llegó a Ezeiza. Por eso son importantes los horarios.

Solans Portillo está actualmente con una detención morigerada, por la pandemia, en un hotel porteño. Eso sí, tiene un policía en la puerta y desde ya que no puede salir. En esa situación, parece evidente que Villena no tiene apuro en indagarlo porque cambiaría poco el cuadro: el pasajero tiene que permanecer aislado por el coronavirus de todas maneras. El magistrado ordenó obviamente un control de su salud.

Solans Portillo fue detectado por Migraciones con una temperatura de 38.5, es decir en estado febril. Él mismo exhibió el PCR positivo, o sea que no hubo que abrirle el celular. Sin embargo, el juez ordenó el secuestro del aparato porque quiere ver exactamente el horario en el que se hizo el certificado médico. También necesita determinar el horario en que la clínica de Miami le notificó a Solans Portillo que estaba contagiado.

El pasajero puede argumentar que no recibió el resultado hasta llegar a Ezeiza, pero todo indica que sabía porque no se explicaría la razón por la que consiguió el certificado trucho.

También Villena quiere saber si hay algún otro contagiado en el avión, en especial los que viajaban en los asientos contiguos al de Solans Portillo. Eso puede definir la acusación, aunque es difícil establecer quién contagió a una persona. Por ahora Villena se inclina por el artículo 202 del Código Penal, que es el más duro, porque habla de la propagación de una enfermedad. Tiene “penas de 3 a 15 años para quién propague una enfermedad contagiosa o venenosa”. El artículo 205 es más benigno dado que prevé penas de seis meses a dos años para que el que “violare medidas adoptadas por la autoridad competente para impedir la propagación de una epidemia”.

Como es obvio, la indagatoria se hará por zoom para preservar a todos los que participen. Villena espera una respuesta de Miami sobre el horario en que se le hizo el certificado médico y sobre el momento en que se le notificó a Solans Portillo el PCR positivo. También el magistrado espera un informe sobre la salud de los demás pasajeros del vuelo de American Airlines. Por ahora, el juez decidió no abrir todavía el celular de Solans Portillo, pero lo hará si le quedan dudas.

En paralelo, la Dirección de Migraciones, que lidera Florencia Carignano, ya informó que sancionará a la aerolínea que embarcó a Sorans Portillo sin la evidencia de un PCR negativo, un requisito imprescindible para subir a una persona a un avión.

Por Raúl Kollmann | Página 12


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