Boca Juniors oficializó hoy a Hugo Ibarra como entrenador del primer equipo hasta fin de año, después del despido de Sebastián Battaglia como efecto de la eliminación en los octavos de final de la Copa Libertadores.

El formoseño, de 48 años, fue confirmado durante una conferencia de prensa que lideró el presidente del club, Jorge Amor Ameal, en compañía del colombiano Jorge Bermúdez, uno de los integrantes del Consejo de Fútbol que lidera Juan Román Riquelme.

"Queremos hacer la presentación del cuerpo técnico que trabajará desde la fecha hasta el 31 de diciembre. Estamos muy contentos de darles la bienvenida", dijo Ameal en el inicio de un encuentro en el que se aclaró que sólo contestarían "preguntas de fútbol".

Junto a Ibarra también fueron presentados como colaboradores los exmediocampistas Leandro Gracián y Roberto Pompei.

Ibarra, ganador de 13 títulos durante sus tres etapas como futbolista del club, entre 1998 y 2010, estuvo al frente del equipo en la derrota del sábado en el clásico ante San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro, donde sentó en el banco de suplentes al capitán Carlos Izquierdoz.

"Fue una decisión técnica", contestó lacónico el confirmado DT "xeneize" sobre la medida sospechada de haber sido impuesta por el Consejo de Fútbol.

Izquierdoz, de 33 años, fue señalado como uno de los líderes de una discusión por dinero adeudado que se produjo el día previo al partido perdido por penales ante Corinthians de Brasil en La Bombonera.

Ese episodio permitió la comprensión de la arenga del delantero Darío Benedetto, antes de salir a jugar con los brasileños: "Ellos (por el Consejo de Fútbol) ayer nos trataron de perdedores, entonces demostrémosles a estos hijos de puta que nosotros queremos ganar, que nosotros somos ganadores”.

El miércoles pasado, al día siguiente de la eliminación, Boca despidió a Battaglia y lo reemplazó por el tridente Hugo Ibarra, que sacó del equipo Izquierdoz.

El defensor Marcos Rojo, autor del 1-0 parcial en el Nuevo Gasómetro, se quitó la cinta y se abrazó con Izquierdoz en el festejo del gol, lo que significó un claro mensaje de apoyo al marcador central y un desafío a la determinación de desplazarlo.


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