Tras finalizar 4 a 0 el partido entre River y Racing, la hinchada riverista de todo el Gran Resistencia se fue congregando en la plaza 25 de Mayo, precisamente en el Mástil Mayor e inmediaciones. Al grito de "dale campeón" y demás coros alusivos a la preciada conquista, el amor por el fútbol volvió a mostrar una de sus facetas más emotivas.

De forma espontánea, cada vez más y más fanáticos fueron llegando y poblando la zona. Motos y autos se adueñaron de la calle impidiendo el paso, dejándola con el único propósito de dar rienda suelta a la algarabía roja y blanca.

Fue un nuevo título para la era Gallardo, el primero a nivel nacional, y la comunidad identificada con esta parcialidad festejó con todos los medios que tenía a su alcance.

Poco importó para los cientos de fanáticos que se juegue un jueves y viernes sea día laboral. Lo que primó fue el desahogo tras un comienzo irregular, y las frustraciones en Copa Libertadores y Copa Argentina.

 


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