La Agencia de Cooperación ACERCA se caracteriza por desarrollar sus trabajos atravesados por la perspectiva de género. En cada proyecto elaborado, en cada propuesta de desarrollo en territorio y en la conformación de sus equipos, se tiene en cuenta esta necesidad de generar espacios de igualdad, donde se rescate el rol de las mujeres, muchas veces relegado, sobre todo en el ámbito productivo.

En este marco, algunas de las mujeres que conforman el equipo técnico de la Agencia, y sus colaboradoras, han realizado un balance de sus experiencias. Cómo es disputar espacios de toma de decisiones, cómo evolucionó su rol a lo largo del tiempo, qué hicieron para ganarse el lugar que hoy tienen. Todo tiene que ver con la constancia y el compromiso de llevar adelante con seriedad, tareas e iniciativas que en algún momento estuvieron -y en muchos casos siguen estando- ligadas a lo masculino.

Experiencias

Para comenzar, la presidenta de ACERCA, Lic. Liliana Jara, reconoce que: “Nuestras acciones y aportes están todo el tiempo en evaluación, solo por el hecho de ser mujeres. Cuesta tener la palabra, y que ésta sea considerada a la hora de la toma de decisiones, sobre todo en los espacios productivos. Por eso celebro la valentía y determinación de las mujeres que fui encontrando a lo largo de la provincia, sobre todo en las zonas rurales”.

“En este sentido valoramos la aprobación de la Ley de Paridad de Género en Ámbitos de Representación Política, que marca un antes y un después con respecto a la oportunidad para lograr representación. Esto también aportó a que las mujeres se animen a participar más y logren estar en diversos ámbitos, donde antes su presencia era escasa o nula. En esto creo que tuvieron un rol preponderante las diferentes organizaciones. A lo largo de la provincia se percibe un escenario donde las mujeres se han empoderado gracias a esta manera de organizarse, que conlleva indefectiblemente la responsabilidad de asumirse como conductoras y referentes”.

Sobre este mismo punto, Iris Ceballos, apicultora de El Espinillo explica: “En mi zona es complicado, porque la población vive en una cultura cerrada y machista. Cuando una mujer se pone frente y en marcha hacia un objetivo, es muy cuestionada, no existe igualdad de género en los diferentes ámbitos. Sin embargo, a lo largo del tiempo yo supe y todos los días aprendo cosas nuevas para generar un cambio para bien”.

“Creo que hoy hay una gran evolución en el rol de la mujer en los procesos productivos, pero es una lucha que aún debe y tiene que continuar. Por ejemplo, en El Impenetrable, hay muchas mujeres capaces, pero no hay un lugar para ellas. Además, tenemos que tener en cuenta que si pudiésemos lograr esa independencia, se podrían evitar situaciones que muchas sufren en sus hogares”, finaliza Iris.

También en el norte, Analía Rodríguez, referente de la Asociación de Mujeres Artesanas Qom “Qomlashepi Onataxanaxaipi” de Fortín Lavalle, reconoce que lo más dificultoso al principio fue poder generar convocatoria. El que un grupo de mujeres busque juntarse para empezar a trabajar en algo que hasta el momento era desconocido en la zona, resultaba raro a los ojos de la comunidad y de las propias mujeres.

Actualmente, -y mucho trabajo de por medio- este grupo de artesanas, así como otros que se han ido conformando a lo largo de la provincia, sobre todo en El Impenetrable, han sabido ganarse un espacio, volviéndose además fundamental en la generación de ingresos para su comunidad y en la promoción de la transmisión de su cultura.

Espacios ganados

Las entrevistadas reconocieron también que además de ser mujer, la edad es un factor determinante para ganar espacios en diferentes ámbitos.

“Al inicio me trajo complicaciones, por ser mujer y joven, tener que dialogar con hombres adultos que por ahí sentía que me subestimaban. Esto hizo que cada día me fortalezca más. El machismo perpetrado en los cargos políticos y el querer dominar desde ese lado, son cosas que una como mujer debe ir superando”, expresa Alejandra Campos, presidenta del Concejo Municipal de Charata.

Y agrega: “Hoy en mi rol me veo segura, siento que esas adversidades u obstáculos impuestos hicieron que madure y me prepare para seguir siendo una posibilidad en esta sociedad que siento que día a día va cambiando y revalorizando el rol de la mujer en la vida política del pueblo”.

En este mismo sentido, la MV Débora Mosci, coordinadora del Programa de Ganadería Sostenible de ACERCA, y única mujer participante de la Mesa Ganadera de la Provincia, explica que si bien estas dificultades existen, “depende mucho de una también como se planta ante las diferentes situaciones. Siempre debe ser con una postura firme, mostrando lo que una sabe y su capacidad, sin hacer diferencias como los demás las hacen. A mí nunca me pesó el hecho de ser mujer, a pesar de estar vinculada al ámbito ganadero, donde aún persisten algunas posturas muy machistas”, reconoce.

“Este escenario hace que cueste más que te integren, que te respeten y que te den espacios. Tenemos un doble trabajo para demostrar que a pesar de ser jóvenes y mujeres, podemos hacer aportes valederos. De todas maneras, ahora caminando territorio nos damos cuenta que las mujeres ha ganado espacios y desarrollan las mismas tareas que los hombres en todas las cadenas. También hemos visto cómo se ha incrementado la cantidad de profesionales relacionadas al ámbito. Allí vemos un gran cambio positivo”.

Como queda demostrado, el actual escenario demanda visibilizar los problemas existentes relacionados con la falta de igualdad y el reconocimiento de derechos. Por esto ACERCA, en un nuevo Día Internacional de la Mujer, renueva su compromiso de continuar bregando y trabajando en proyectos y procesos donde la igualdad sea bandera.


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