Una peligrosa modalidad de estafa digital está circulando a nivel global, aprovechando la función de compartir pantalla de WhatsApp para vaciar cuentas bancarias y suplantar identidades. El mecanismo, que ya registra víctimas en España, Brasil y Hong Kong, combina ingeniería social con herramientas digitales cotidianas.
El procedimiento inicia con una videollamada de un número aparentemente confiable. El estafador, haciéndose pasar por técnico, familiar o amigo, plantea una emergencia y convence a la víctima de activar el compartir pantalla. Una vez concedido el acceso visual, fuerza el envío del código de verificación de WhatsApp que llega por SMS. Al ver este código en la pantalla compartida, el delincuente toma control total de la cuenta.
Las consecuencias son inmediatas: acceso a conversaciones privadas, aplicaciones financieras y datos sensibles. Los contactos comienzan a recibir mensajes pidiendo transferencias, generando una cadena de fraudes. En Brasil, una usuaria perdió todos sus ahorros tras una llamada que simulaba ser de una amiga necesitada.
Camilo Gutiérrez Amaya, de ESET Latinoamérica, alerta que «mientras más al tanto se esté sobre los riesgos, mayor prevención se podrá tomar». Las recomendaciones clave incluyen no compartir pantalla con identidades no verificadas, nunca revelar códigos SMS y activar la verificación en dos pasos. Si se pierde el acceso a la cuenta, se debe contactar